Pantallas luminosas, colores vivos, aplicaciones cada vez más interactivas e intuitivas. Las tabletas no solo se han convertido en uno de los productos tecnológicos más vendidos de los últimos años, sino que también han logrado llegar a usuarios de muy temprana edad. ¿Qué es lo que las hace tan atractivas para los niños e incluso para bebés?¿Es posible integrarlas en el proceso de aprendizaje desde los primeros años? Los impulsores del Plan Ceibal de Uruguay creen que sí.
Los medios locales del país vecino han anunciado que este año se implementará un proyecto piloto que contempla la entrega de tabletas en el nivel inicial, y también en primero y segundo grado de primaria. Los equipos se entregarán a partir de mayo, pero aún no se han definido las licitaciones, de manera que no se conoce el dispositivo final que llegará a manos de los chicos.
Si seguimos a Diego García, Ezequiel García y Evaristo Pérez, tres docentes que trabajan como asesores en el Centro de Profesorado de Granada, es sorprendente la habilidad natural que el alumnado muestra para hacerse con el manejo de las tabletas. «Lo es, además, el amplio abanico de edad donde las tabletas son útiles, del alumnado infantil (tres, cuatro años), niños que no serían capaces de usar un ordenador pero sí una tableta, al alumnado adulto, como en proyectos que se están desarrollando tanto en formación profesional como en enseñanzas de régimen especial. Personas ya de cierta edad, incluso con dificultades a la hora de usar ordenadores, han tenido una experiencia muy positiva con estos recursos».
No hay dudas acerca de algunas ventajas de estos dispositivos: portabilidad, interacción táctil y batería de duración prolongada, todas sumamente relacionadas con el interés de los más pequeños por conocer a través del tacto, sobre todo en los primeros años. Veamos este interesante video que nos muestra esta relación entre una tableta y una revista, cuando caen en manos de una beba.
Esta capacidad aparentemente natural de los más pequeños, sumada al fuerte atractivo audiovisual, sitúan a estos dispositivos como un potente generador de cambio. A diferencia de los teléfonos móviles, la mayor superficie y definición de las pantallas de las tabletas permite que los niños puedan jugar más cómodos e interactuar con diferentes tipos de aplicaciones.
En este sentido, también existe una tendencia a que las empresas generen juegos y aplicaciones, tanto en materia de entretenimiento como de aprendizaje, incluyendo actividades para educación especial.
Según el informe Tablets en Educación, a cargo de Laura Marés Serra, secretaria ejecutiva de RELPE, existen actualmente decenas de miles de recursos educativos desarrollados para tabletas con fines educativos, así como guías de uso y propuestas para docentes basadas en las distintas plataformas, pero en particular para el formato iPad. «De todas formas, la oferta es sustantivamente menor que la disponible en internet, e incluso, que la existente en formatos sin conexión, como CD, DVD».
La secretaria también señaló que las tabletas tienen ciertas limitaciones: su capacidad de almacenamiento respecto a las PC, su compleja adaptación para la generación de contenidos con una considerable extensión de texto (el teclado táctil no es tan efectivo en estos casos), su fragilidad y desgaste rápido, la escasa posibilidad de realizar actualizaciones, vislumbrando una tasa de obsolescencia más alta que otros equipos, y también su costo.
No obstante, se espera que, con el crecimiento de las políticas de inclusión digital y la capacitación de los docentes en materia de generación de contenidos propios, cada vez sea mayor la cantidad de recursos y contenidos diseñados para trabajar sobre tabletas. Así lo prueban una serie de directrices que la UNESCO publicó respecto de la promoción del aprendizaje móvil, en el que actualmente tienen un fuerte peso las tabletas y los teléfonos inteligentes o smartphones.
Siguiendo a los investigadores de Granada, es prudente destacar que en épocas de cambio y de dificultades hay que aprovechar para proporcionar nuevas oportunidades al alumnado y al profesorado. «Precisamente el objetivo último de la educación es preparar a las personas para la sociedad en la que viven. No podemos desde el ámbito de la educación perder esta perspectiva y es responsabilidad nuestra acercar al alumnado a la realidad más próxima de lo que se está viviendo día a día fuera de las aulas a través de una metodología adecuada y de una dotación de material acorde».
Por su parte, Silvina Gvirtz, directora ejecutiva de Conectar Igualdad, nos invita a reflexionar acerca del uso de dispositivos informáticos dentro del aula. Según la especialista es clave entender que la escuela es prácticamente la única institución que tiene por misión enseñar la «cultura letrada», es decir que «el sistema educativo no solo enseña a leer y escribir en los modos básicos, sino que garantiza o debería garantizar que todo estudiante pueda comprender y producir textos complejos: leer y comprender obras literarias clásicas y contemporáneas, textos científicos, gráficos numéricos, etc.; escribir monografías, cuentos y poesía y producir análisis de datos».
Teniendo en cuenta esa misión, las netbooks han pasado la prueba como dispositivo de acompañamiento de programas educativos. Su potencialidad pedagógica —subraya— amerita que se la siga privilegiando.
A diferencia de las laptops, las tabletas presentan algunas limitaciones para lograr algunos objetivos, sobre todo la producción escrita de cierta complejidad, dado que carecen, más allá de los accesorios, de un teclado cómodo para producir textos. «La tableta no estimula la producción escrita. El atractivo de la tableta es otro», señala Gvirtz.
La discusión en torno al dispositivo efectivamente no debe dejar de lado la cuestión de la calidad pedagógica delsoftware y la compatibilidad del hardware, según los objetivos didácticos. Por esa razón, la secretaria ejecutiva afirma que queda mucho camino por recorrer y que estos puntos requieren estudio, discusión y buena implementación. «La novedad tecnológica vendrá entonces "por añadidura", cuando su adecuación al contexto de enseñanza y evaluación de sus prestaciones sean claras y positivas. No siempre, ni necesariamente, todo lo nuevo es mejor».
Si seguimos a Diego García, Ezequiel García y Evaristo Pérez, tres docentes que trabajan como asesores en el Centro de Profesorado de Granada, es sorprendente la habilidad natural que el alumnado muestra para hacerse con el manejo de las tabletas. «Lo es, además, el amplio abanico de edad donde las tabletas son útiles, del alumnado infantil (tres, cuatro años), niños que no serían capaces de usar un ordenador pero sí una tableta, al alumnado adulto, como en proyectos que se están desarrollando tanto en formación profesional como en enseñanzas de régimen especial. Personas ya de cierta edad, incluso con dificultades a la hora de usar ordenadores, han tenido una experiencia muy positiva con estos recursos».
No hay dudas acerca de algunas ventajas de estos dispositivos: portabilidad, interacción táctil y batería de duración prolongada, todas sumamente relacionadas con el interés de los más pequeños por conocer a través del tacto, sobre todo en los primeros años. Veamos este interesante video que nos muestra esta relación entre una tableta y una revista, cuando caen en manos de una beba.
Esta capacidad aparentemente natural de los más pequeños, sumada al fuerte atractivo audiovisual, sitúan a estos dispositivos como un potente generador de cambio. A diferencia de los teléfonos móviles, la mayor superficie y definición de las pantallas de las tabletas permite que los niños puedan jugar más cómodos e interactuar con diferentes tipos de aplicaciones.
En este sentido, también existe una tendencia a que las empresas generen juegos y aplicaciones, tanto en materia de entretenimiento como de aprendizaje, incluyendo actividades para educación especial.
Según el informe Tablets en Educación, a cargo de Laura Marés Serra, secretaria ejecutiva de RELPE, existen actualmente decenas de miles de recursos educativos desarrollados para tabletas con fines educativos, así como guías de uso y propuestas para docentes basadas en las distintas plataformas, pero en particular para el formato iPad. «De todas formas, la oferta es sustantivamente menor que la disponible en internet, e incluso, que la existente en formatos sin conexión, como CD, DVD».
La secretaria también señaló que las tabletas tienen ciertas limitaciones: su capacidad de almacenamiento respecto a las PC, su compleja adaptación para la generación de contenidos con una considerable extensión de texto (el teclado táctil no es tan efectivo en estos casos), su fragilidad y desgaste rápido, la escasa posibilidad de realizar actualizaciones, vislumbrando una tasa de obsolescencia más alta que otros equipos, y también su costo.
No obstante, se espera que, con el crecimiento de las políticas de inclusión digital y la capacitación de los docentes en materia de generación de contenidos propios, cada vez sea mayor la cantidad de recursos y contenidos diseñados para trabajar sobre tabletas. Así lo prueban una serie de directrices que la UNESCO publicó respecto de la promoción del aprendizaje móvil, en el que actualmente tienen un fuerte peso las tabletas y los teléfonos inteligentes o smartphones.
Siguiendo a los investigadores de Granada, es prudente destacar que en épocas de cambio y de dificultades hay que aprovechar para proporcionar nuevas oportunidades al alumnado y al profesorado. «Precisamente el objetivo último de la educación es preparar a las personas para la sociedad en la que viven. No podemos desde el ámbito de la educación perder esta perspectiva y es responsabilidad nuestra acercar al alumnado a la realidad más próxima de lo que se está viviendo día a día fuera de las aulas a través de una metodología adecuada y de una dotación de material acorde».
Por su parte, Silvina Gvirtz, directora ejecutiva de Conectar Igualdad, nos invita a reflexionar acerca del uso de dispositivos informáticos dentro del aula. Según la especialista es clave entender que la escuela es prácticamente la única institución que tiene por misión enseñar la «cultura letrada», es decir que «el sistema educativo no solo enseña a leer y escribir en los modos básicos, sino que garantiza o debería garantizar que todo estudiante pueda comprender y producir textos complejos: leer y comprender obras literarias clásicas y contemporáneas, textos científicos, gráficos numéricos, etc.; escribir monografías, cuentos y poesía y producir análisis de datos».
Teniendo en cuenta esa misión, las netbooks han pasado la prueba como dispositivo de acompañamiento de programas educativos. Su potencialidad pedagógica —subraya— amerita que se la siga privilegiando.
A diferencia de las laptops, las tabletas presentan algunas limitaciones para lograr algunos objetivos, sobre todo la producción escrita de cierta complejidad, dado que carecen, más allá de los accesorios, de un teclado cómodo para producir textos. «La tableta no estimula la producción escrita. El atractivo de la tableta es otro», señala Gvirtz.
La discusión en torno al dispositivo efectivamente no debe dejar de lado la cuestión de la calidad pedagógica delsoftware y la compatibilidad del hardware, según los objetivos didácticos. Por esa razón, la secretaria ejecutiva afirma que queda mucho camino por recorrer y que estos puntos requieren estudio, discusión y buena implementación. «La novedad tecnológica vendrá entonces "por añadidura", cuando su adecuación al contexto de enseñanza y evaluación de sus prestaciones sean claras y positivas. No siempre, ni necesariamente, todo lo nuevo es mejor».
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